Por: Myrna L. Carrión Parrilla
De cara a un nuevo año, son tantas las cosas que podríamos compartir o sobre las cuales reflexionar, pero entre tantas encontré un escrito del del pastor, escritor y profesor Daniel Prieto que quisiera compartir parte de lo que el expresa en dicho artículo titulado “¿Cuáles son los deseos más profundos del corazón del hombre?”. Ha sido parte de la tradición de cerrar un año e iniciar otro, el invitarnos a identificar aquellas cosas que aspiramos y llamamos resoluciones de nuevo año. En esta reflexión que individualmente se invita a hacer, empiezo con una pregunta fundamental, la que nos plantea el escritor: “¿Cuáles son los deseos más profundos del corazón del hombre?” Dice el escritor que “Algunos responderán: las seguridades materiales. Si lo han hecho con sinceridad, es decir, no en un sentido banal, sin decirlo como algo superficial, entonces no les falta razón.”
Plantea el escritor que “al menos en esta vida, tan ligada y dependiente de la materia, tenemos necesidad del trabajo y de los frutos que de este se nos conceden. Además, hay que insistir en que los bienes materiales que se nos regalan a través de su creación son buenos. Está muy bien que nuestro corazón los desee en su justa medida. Es justo desear poseer ciertas seguridades de este tipo. Es justo, también, que deseamos poseer bienes que nos den la posibilidad de darnos ciertos gustos, ciertas comodidades y, en algunas ocasiones por qué no, incluso lujos.”
Y otros dirán “en sus deseos del corazón, la vida. No les falta razón tampoco. Se trata de un paso ulterior en nuestra percepción de los deseos. Todos deseamos fervientemente vivir y no morir. Lloramos sobre la tumba de los que nos han precedido y, normalmente, tememos, ora con insano miedo, ora con reverente temor, el día en que nos tocará también partir.” Además, como cosa natural en el ser humano, “no deseamos cualquier clase de vida. No. Deseamos una vida plena, es decir, que sea vibrante sana, expansiva…o en otras palabras, vital, valga la redundancia. No nos contentemos con sobrevivir. No nos basta una vida a medias, o sea, una vida chata, cansina, triste o cenicienta”. Y el escrito platea: “De hecho, Jesús, que conoce mejor que nadie el corazón del hombre nos confirmaba: «Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia”.
“Tal vez por ese motivo son tantos los que luchan encarnizadamente contra la rutin a, contra la tristeza y la depresión, o contra el envejecimiento, ya sea a través de nuevas terapias, medicinas o actividades, acaso una vida más deportiva y sana”. Pero “¿Cuáles son los deseos más profundos del corazón del hombre? Insistimos por tercera vez. En fin, algunos enérgicamente sentenciarán: «el amor». A estos no solo no les falta razón, sino que la tienen, y toda. Es obvio, anhelamos amar y ser amados. Habría que añadir, eso sí, que no deseamos cualquier tipo de amor. No, señor. Queremos un amor puro y en cierta medida placentero.”
¿Cuáles son los deseos más profundos del corazón del hombre? Recapitulando: Los bienes materiales necesarios y suficientes, una vida sana y abundante, un amor sincero e intenso. ¿Habría algo más que añadir? Creo que con esta lista podríamos resumir lo que entendemos por felicidad.” De cara a un nuevo año, pidamos para todo un corazón puro, renovarnos con espíritu firme, que no perdamos la alegría de tu salvación, un espíritu generoso y salud para continuar esta vida y lo que para cada uno representa. Para el nuevo año, a todos deseo que de haga realidad, los buenos deseos de su corazón.
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