Por: Nitza Morán Trinidad
A días de haber culminado las festividades navideñas nos queda regresar a la cotidianidad de los trabajos y los timbres de las escuelas que suenen a través de toda la isla.
Durante el receso muchos no recordamos los grandes desafíos y los proyectos inconclusos del sistema educativo del país como por ejemplo los restos estructurales de los planteles.
Previo a los desastres naturales ya los planteles mostraban la necesidad de reparaciones inmediatas y soluciones a largo plazo entre grietas, columnas cortas, problemas de filtraciones y de ventilación apropiada en las aulas.
Los apagones, los sistemas obsoletos, los espacios recreativos y educativos entre otros ponen en manos del nuevo secretario de educación la ardua tarea de que se concluyan estos y otros tantos proyectos que aparentan ser eternos y que nunca se concluyen dejando en evidencia el deseo de terminar de una vez con tanta burocracia.
Además, pone en evidencia la necesidad de la preparación académica en todos los sentidos desde tener los maestros en los salones de clases y la necesidad de llenar vacantes existentes en la matricula regular y ni hablar la de la corriente de educación especial, materiales escolares disponibles y hasta la trasportación diaria son necesidades constantes que ponen en riesgo una educación adecuada y aportan a la deserción escolar.
La educación es el pilar fundamental para tener una sociedad con estabilidad económica y con un constante desarrollo sostenible y que se traducen en comunidades resilientes en donde se atendería de inmediato la pobreza, la desigualdad y aportaría a la creación integral de las personas. En fin, invertir en la educación significa el futuro y el progreso de todas las naciones teniendo en cuenta que si hablamos de futuro la implementación de la digitalización es inminente por lo tanto tenemos que garantizarles a los estudiantes acceso a un internet de alta velocidad y a equipos tecnológicos adecuados.
El sistema tiene grandes complejidades y grandes retos que inciden en la situación socio económica que vivimos a diario como pueblo. Lo importante es no perder el pensamiento crítico y obtener soluciones a los problemas después de tantos años de espera.
El inicio de clases es mucho más complejo que hacer sonar el timbre es la oportunidad de renovar el compromiso con los niños y si bien ponemos nuestra atención a cómo se atienden los asuntos del departamento de educación como gobierno lo importante es saber que la responsabilidad parental es la verdadera educación porque comienza desde los hogares con principios y valores.
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