Por: Nitza Morán Trinidad
Analizar, reflexionar y agradecer es lo que muchos hacemos cuando estamos próximos a despedir al año. Pero cuantos estamos dispuestos a hacer un análisis certero de lo vivido, reflexionar sobre las decisiones acertadas y las que no las fueron, pero sobre todo fortalecernos en los errores cometidos y comprender que cada año se puede ser mejor.
Como pueblo podríamos pensar sobre los logros y los desafíos que se enfrentaron en el año que terminó. Lo mismo pasa en el panorama político y social y esto nos recuerda la importancia de fortalecer nuestras instituciones democráticas.
Conociendo lo significativo del nuevo año se tendrá en agenda temas relevantes como la situación energética, la recuperación que aun necesitamos tras los desastres naturales, la economía, las constantes restricciones de la Junta de Control Fiscal, conocer cuan encaminada está la infraestructura y por último el estatus político del territorio que muchos le restan importancia pero que afectan todas las anteriores.
En análisis del año que llega a su fin aún siguen siendo importante la estabilidad en los servicios básicos, los apagones y las fluctuaciones de voltajes continúan afectando nuestra calidad de vida. La recuperación después de los desastres naturales ha sido lentos y de grandes incertidumbres a nivel de país y siete años después siguen siendo. En definitiva, una reconstrucción invisible y que solo retumban en palabras repetitivas de la cantidad millonaria asignada por los federales y que el proceso ciertamente no solo es lento sino parado.
Por otro lado, el impacto de la inflación y la recesión que afectaron el costo de vida en nuestros hogares y que aun con los mejores números en el desempleo y aumento en el salario mínimo no sentimos la mejoría en nuestros bolsillos.
En definitiva, el cierre de cada año nos brinda la oportunidad para hacer las cosas mejor. Tener presente que cada paso y decisión que tomemos sea para un mejor bienestar y que nunca olvidemos los pilares fundamentales del amor, la paz, y el respeto.
Este 2025 definámoslo como un año nuevo de progreso, la oportunidad de avanzar con firmeza y demostrar la resiliencia que nos caracteriza y saber que podemos transformar obstáculos en oportunidades.
Reconozco que Puerto Rico está listo para seguir construyendo juntos y el compromiso de todos es esencial. Este año 2025 que comienza resultará en uno de esperanza y de éxitos porque el futuro está en nuestras manos.
¡Feliz 2025!
La autora es senadora por San Juan, Aguas Buenas y Guaynabo
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